lunes, 8 de abril de 2013

La Querella

Este austero músculo fibroso de arterías y sangre
Que bombea melodías, quimeras y utopías
Mentiras por sí mismas para auto motivarse
De seguir en la rutina de éste febril cuerpo

Éste lúgubre miembro vital repleto de pesares…
¡Se ha puesto en huelga!

Se proclama presidente del sindicato de versos extraviados
Y victima directa de mis palabras mal dichas
Se estipula pues una querella a mi persona
Por argumentarle falsos testimonios es decir, mentiras.

Como victimario no hallo respuesta
Me veo en la penosa situación de suprimir de la lista de necesidades
El amor, la locura, el tiempo, la reflexión
Y el fruto de tales factores: la poesía

Como poder descender de la memoria
Sus raros ojos amarillos (¿Por qué son amarillos?)
Igual sería  poder descender a pedradas
La luna llena de agosto que se refleja en el lago.
Reducir a cero las veces,  que son muy pocas
Que cerebro y corazón han concordado
En que la paciencia y el silencio
Pueden ser amigas, para hallar los resultados

Pero hay razón en el demandante
Sinceramente, yo le entiendo
No se puede creer que cielo existe
Si siempre se mira directo al suelo
no se puede correr, sentirse libre
sí se esta atrapado en el cemento.
No se puede sonreír a la fulana
Si no hay fulana ni hay reflejo.
Acepto pues esta condena esta tortura esta desdicha
de dejar que corazón empaque las maletas
salga del cuerpo...
que se vaya lejos a vivir su vida.

Roleto.
 

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